Tipos de daños
Existen diferentes tipos de daño que conviene diferenciar:
Daño material
Se refiere al deterioro, pérdida o rotura de los bienes que están asegurados o a sus accesorios. La causa sería la acción de factores externos. Estos perjuicios pueden ser causados por fenómenos naturales como el viento, la lluvia o el granizo. También por el propio dueño o por terceras personas, ya sea directamente o mediante un objeto como, por ejemplo, un automóvil, una maceta, o cualquier enser. Para los casos de daños provocados por el propietario del bien asegurado o por terceras personas, pueden distinguirse otras variantes que ocasionan estos daños materiales: accidental, intencional o dolosa, y negligente.
Daños a terceros
Los daños a terceros se refieren a aquellos perjuicios que causa la persona asegurada a otras personas del entorno o a empresas y otras organizaciones. Como ejemplos, podemos destacar la pérdida del control al conducir un vehículo, cuyo desenlace acabe con daños a otro automóvil, destrozos al mobiliario urbano, o romper una tubería en la vivienda que genere una inundación en las habitaciones de los vecinos. En todos los casos mencionados, la responsabilidad de reparar los daños causados o de indemnizar a los afectados va a recaer directamente sobre la persona causante del hecho. De esta forma, a cada situación específica le corresponderá su propio tipo de seguro. En los casos señalados, un seguro de automóviles y un seguro de hogar.
Daños corporales
Los daños personales o corporales son los que provocan alteraciones tanto físicas como psíquicas en las personas. Se manifiestan como lesiones que deterioran la salud de los afectados o la limitan de alguna forma. Estos sucesos pueden ocurrir sin necesariamente derivar en secuelas. En cuanto a su alcance y evaluación, se llevan a cabo por peritos profesionales, en este caso médicos especializados. La labor de estos profesionales consiste en emitir informes clínicos que cuentan con plena validez judicial y legal. De hecho, estos informes pueden ser usados como pruebas para reclamaciones o denuncias dirigidas a la persona o personas causantes del daño.
De esta forma, muchos seguros para vehículos ya incluyen en sus coberturas la protección contra daños corporales al conductor. Con esto, el contrato proporciona al asegurado las herramientas legales que facilitan las reclamaciones pertinentes o la gestión directa de las indemnizaciones con la otra compañía, en caso de ser necesario.
Daños estéticos
Por último, conviene definir los daños estéticos, que hacen referencia a la garantía de restauración estética que nos ofrecen los seguros de hogar. Este tipo de cobertura busca, en caso de siniestro, que el espacio afectado del inmueble recupere el aspecto estético que tenía antes del incidente. Por ejemplo, si hay que romper la pared para acceder a una tubería dañada y repararla, seguramente, quedarán azulejos y ladrillos rotos, y parte de la pintura dañada. En estos casos, la garantía de daños estéticos es la encargada de asegurar que todas las paredes deterioradas queden con una estética adecuada y uniforme. Para ello se realizarán las obras necesarias, volviendo a encementar, pintar o alicatar según corresponda.
En resumen, el daño abarca pérdidas materiales o personales causadas por un siniestro que puede afectar física o económicamente.