¿Qué es el lucro cesante? 

Por tanto, la póliza contratada activará la cobertura de lucro cesante e indemnizará al asegurado según las condiciones pactadas en el momento de la contratación. 

¿Cuándo se aplica el daño cesante? 

Para que la compañía aseguradora aplique el lucro cesante se deben dar las siguientes condiciones: 

  • Que el asegurado tenga contratada la cobertura de protección de daño cesante 
  • Que el asegurado pueda demostrar con documentos que existe un lucro cesante y la cantidad económica que está reclamando 
  • Que la cantidad económica que se ha dejado de percibir, como consecuencia del siniestro, puedan ser debidamente determinadas y cuantificadas 
  • Que no exista ninguna relación entre el siniestro producido y las ganancias que se hayan dejado de percibir, es decir, que el siniestro no haya sido provocado para poder cobrar la indemnización 

¿Cuál es la diferencia entre el lucro cesante y el daño emergente? 

La principal diferencia entre el lucro cesante y el daño emergente es que el lucro cesante es la cantidad de dinero que se deja de percibir como consecuencia de un siniestro al dejar de realizar la actividad profesional. Y el daño emergente es la cantidad económica que el asegurado debe pagar, de forma adelantada, para arreglar los desperfectos que se han producido a consecuencia del siniestro y que, posteriormente, serán asumidos por la compañía aseguradora si los daños que se han producidos están cubiertos por la póliza y forman parte de sus coberturas.  

Ejemplo de lucro cesante 

Para entender mejor qué es el lucro cesante en un seguro, es más fácil aplicar un claro ejemplo.  

Un taxista tiene un accidente a las 10 de la mañana de un miércoles, que coincide con su horario laboral y mientras está de servicio. 

Debido a ello, su coche queda inmovilizado y sin poder circular, y se ve en la obligación de llevarlo al taller para que se lo arreglen. El mecánico le informa de que tardará, aproximadamente, una semana en llevar a cabo la reparación. 

Por tanto, el taxista estará una semana entera sin poder desarrollar su trabajo y, como consecuencia, dejará de percibir una cantidad económica que, en el caso de no haber tenido el accidente, hubiera seguido generando.  

Por tanto, dicho taxista se enfrenta a dos situaciones: 

  • En primer lugar, al no poder utilizar su vehículo, el cual es su principal fuente de ingresos, se ve en situación de lucro cesante. Puesto que dejará de percibir ingresos durante el plazo de tiempo que el coche esté en el taller.  
  • Y, por otro lado, también podría encontrarse ante la situación de daño emergente, pues si quiere poder volver a trabajar en cuanto el coche esté arreglado, deberá abonar la cantidad al taller de forma anticipada para que, posteriormente, la aseguradora se haga cargo de los mismos.  
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