Es decir, es el proceso que se utiliza para calcular cuáles son las primas que el tomador deberá pagar de forma anual, semestral, trimestral o mensual, en función del seguro que quiera contratar y las condiciones y coberturas que estén asociadas.
¿Cómo se calcula la tarificación?
La tarificación se lleva a cabo aplicando diferentes técnicas que van asociadas a los diferentes tipos de seguros, principalmente diferenciando entre tipos de seguros de vida, como el fallecimiento o la incapacidad, y el resto de seguros no vida, como los de hogar o vehículos.
En ambos casos el primer paso es calcular la prima pura, también llamada prima de riesgo.
Este cálculo se lleva a cabo del siguiente modo:
- Probabilidad de que suceda el siniestro, que es igual al número de siniestros/ número de asegurados y, todo ello, partido entre el coste medio, que es igual al coste de todos los siniestros/ el número de siniestros.
En el caso de los seguros de vida, la prima pura se obtiene a través de las tablas de mortalidad que la compañía tiene establecidas para las personas que viven en un país determinado. Estas tablas de mortalidad muestran los riesgos que tienen las personas de fallecer en las diferentes etapas de la vida.
Además, también se tiene en cuenta el capital asegurado que el tomador ha contratado, ya que ésta será la indemnización que la aseguradora deberá pagar en caso de fallecimiento o incapacidad.
En el caso del resto de seguros de no vida, la tarificación se basa en las estadísticas obtenidas y aprobadas para llevar a cabo la tarificación. Es decir, en las probabilidades que existen de que sucedan los riesgos que están contratados y, por tanto, asegurados.
Cuando se ha obtenido la prima pura, la compañía aseguradora añade los conceptos restantes para conseguir la prima final.
Estos conceptos son:
- La prima de inventario, que está formada por el cómputo de los gastos de la propia compañía, como los salarios, los alquileres, los equipos informáticos… Y se suma a la prima pura en forma de porcentaje.
- La prima comercial, son las comisiones que la compañía aseguradora debe abonar a sus comerciales por la venta de los seguros, y se suma a la prima pura, también, en forma de porcentaje.
- La prima de recibo, donde se incluyen los impuestos gubernamentales que la aseguradora debe abonar anualmente, divididos entre todos los asegurados, también aplicada a la prima pura como porcentaje.