¿Cuáles son las fases de un embarazo?
Los especialistas, hace ya mucho tiempo, decidieron dividir los nueve meses de gestación en tres fases o trimestres.
Segundo trimestre
A finales de este trimestre, no hay que alarmarse si esto no sucede, ya se pueden sentir los movimientos del bebé, el cual se desarrolla de una forma muy rápida.
Hay que seguir monitoreando el embarazo y, de hecho, en la semana 20 siempre se hace una ecografía.
Tercer trimestre
La madre ya padece los síntomas propios del embarazo, como pueden ser el dolor de espalda, las dificultades a la hora de dormir…
Es necesario ir preparando el plan de parto con el ginecólogo y decidir si se va a emplear anestesia, puesto que el pequeño está alcanzando su madurez y se prepara para el nacimiento.
¿Por qué la duodécima semana de embarazo es tan importante?
Cuando se llega a esta semana se termina el primer trimestre. Así, a partir de aquí el riesgo de aborto espontáneo disminuye de manera significativa, haciendo que la embarazada esté más tranquila.
También se llevan a cabo pruebas fundamentales, como es la primera ecografía. En ella se evalúa el desarrollo del feto y se detectan posibles anomalías como el Síndrome de Down y otros problemas relacionados con los cromosomas.
Un embarazo es un proceso largo y delicado. Por eso, la madre debe someterse a una serie de pruebas que no siempre deben ser las mismas, sino que se adaptan a las necesidades de cada una de las mujeres.
Las claves para elegir un buen ginecólogo
Algo fundamental es que la futura madre pueda escoger un buen ginecólogo. Así, con un seguro privado es mucho más sencillo decantarse por un buen ginecólogo, al que hay que pedir experiencia en el seguimiento del embarazo y en el manejo de las complicaciones.
Además, conviene que sea una persona empática y comunicativa. La mujer que está encinta, en especial si es primeriza, necesita estar cómoda y confiar en su ginecólogo, el cual debe escuchar y responder todas las dudas que se le planteen.
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Revisiones durante el embarazo ¿Cuándo son?
El embarazo siempre tiene que estar monitorizado por especialistas, de forma que la mamá hará varias visitas a su clínica de referencia.
Es necesario explicar a las embarazadas que los chequeos serán más frecuentes en las clínicas privadas que en los centros de salud públicos, que en muchas ocasiones dependen del personal existente, cuántas mujeres embarazadas hay en ese momento, etc.
La primera consulta se realiza cuando la mujer se entera de que está encinta y es crucial. Se hace una historia de la embarazada, una exploración física, pruebas de laboratorio, etc.
Posteriormente, y si no se presentan complicaciones, los controles se llevan a cabo una vez al mes hasta la semana 36. Se incrementan en las semanas 37-40, pues aquí las visitas pueden ser quincenales.
Ya llegados a la semana 41, las revisiones se pueden hacer incluso dos veces por semana.
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